Julio Cesar Rivera Davalos
Escritor, investigador histórico e himnólogo
MIEMBRO BENEMERITO DEL CLL
05 de Setiembre 1941 - 06 de Marzo de 2021
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Biografía y Trayectoria:
Pensador Hímnico:
Julio César Rivera Dávalos, es heredero de una rica tradición de cuestionamientos sobre el himno nacional del Perú, que se remonta a la temprana fecha 1867 cuando la Academia de Ciencias y Bellas Artes presenta los primeros intentos de reforma por marcada hispanofobia poética. Intentos que prosiguieron a lo largo del siglo XIX y XX con el Club Literario de Lima (1873), el concurso convocado por el gobierno de López de Romaña (1899-1903), José Santos Chocano y su letra ganadora en dicho concurso, las críticas acervas de Manuel González Prada y de Ricardo Palma. Más adentro del siglo XX, Pons Musso, Raygada, J. J. Vega y Agurto Calvo insisten en la crítica y agotan la propuesta reformista.
La peculiaridad de la postura de Rivera Dávalos consiste en denunciar con documentación, el hecho de que San Martín no sancionó un Himno sino una Canción de carácter Patriótica y temporal. El himno actual es jurídicamente nulo, psicológicamente opresivo y espiritualmente conformista.
En segundo lugar, constata que las letras del actual himno son depresivas e ininteligibles y lo cual justifica actualizar la letra.
En tercer lugar, es el momento de proponer el cambio completo del himno nacional del Perú, con metáforas éticas que coadyuven a reestructurar el inconsciente colectivo y la mentalidad nacional.
Los usos y costumbres no pueden justificar la ley de intangibilidad del himno por cuanto el símbolo hímnico no es un mero símbolo estético de índole emocional, sino que, por el contrario, es un símbolo estético peculiar, de carácter cívico, y por tanto emocional, intelectivo y volitivo.
En cuarto lugar, la intuición genial de su planteamiento reside en una re conceptualización de la libertad, en donde la libertad cosificada del ente supraindividual hace creer al individuo que es libre. La verdadera libertad nace de lo individual y se eleva hacia lo supraindividual, son los individuos libres, talentosos y virtuosos los que hacen a la Patria realmente libre y grande y no a la inversa.
De ahí que estamos ante la primera propuesta sostenida de reforma completa e integral de sus letras, manteniendo su música, que la considera muy bella tras los arreglos que le hizo Rebagliati en 1868.
Evolución Intelectual:
La evolución intelectual de su planteamiento atraviesa por tres etapas de profundización creciente las cuales son:
Fase mítica (2004)
Fase timética (2008)
Fase simbólica (2014)
Anécdota:
Julio César Rivera Dávalos, Cusqueño de nacimiento. De padre comerciante y de madre ama del hogar, es uno de los diez hermanos que tuvo sus padres, quien recuerda que la emoción patriótica lo embargó, cuando en la secundaria elaboró y expuso un discurso en representación de su escuela, su comunidad y la Patria, respecto a las pretensiones territoriales del Ecuador, país en esa época encabezado políticamente por el presidente Velasco Ibarra. Gracias a su vital intervención oratórica fue muy aplaudido y las vitales sentidas expresiones vertidas para tal coyuntura de la realidad internacional. Años más tarde escucharía de su hermano Luis, graduado en Lima de odontólogo, que las letras del himno nacional del Perú eran espúreas y debían ser modificadas. Lo cual lo impactó profundamente.
A continuación estudia Contabilidad en la Universidad del Cusco. Lograda su independencia económica se traslada a Lima, donde hace una exitosa carrera como Auditor de la Contraloría General de la República. Al jubilarse renueva su inquietud juvenil por el estudio de la problemática del himno nacional del Perú. Asiste primero al cenáculo El Búho Rojo, luego se incorpora al Cenáculo Sanborjino de Filosofía dirigido por el embajador Antonio Belaunde Moreyra y el filósofo Gustavo Flores Quelopana.
Se enriquece con el contacto de diversos filósofos como Rivara de Tuesta, Francisco Nicoli, Peña Cabrera, y jóvenes valores, asiste a las sesiones de la Sociedad Peruana de Filosofía y comienzan sus estudios autodidactas sobre filosofía. Tras una larga permanencia en dicho cenáculo publica su primer libro "El mito de un símbolo Patrio", agradeciendo el estímulo recibido por el grupo de intelectuales que conformaban dicho cenáculo. Pero el principal influjo filosófico lo recibe del escritor y ensayista Gustavo Flores Quelopana.
Por una indisposición temporal de salud del embajador Belaunde el cenáculo se traslada generosamente a su casa y lo bautiza como cenáculo de Filosofía "Yachaywiñay" (Camino del Saber), del cual sería su Presidente, y a cuyas sesiones asistiría con asuidad, entre otros, el embajador Antonio Belaunde Moreyra. Allí ahondaría sus investigaciones, proseguiría sus estudios filosóficos y continuaría su carrera de escritor e himnólogo, realizando su sueño de antaño.
Repercusión de su obra:
Demostrando que se trata de un intelectual orgánico Julio César Rivera Dávalos no se limita a la investigación y publicación, sino que con coraje y determinación inicia la acción para que su propuesta hímnica sea tomada en cuenta, entrando en contacto con congresistas, periodistas, medios de prensa y universidades.
Cuando en el 2004 publica su primer voluminoso libro "El mito de un símbolo patrio" inmediatamente se embarca en una solitaria pero fructífera campaña de difusión y modificación de la letra del himno nacional del Perú. Fruto de estos primeros esfuerzos son el pronunciamiento que consigió por parte del Colegio de Abogados de Lima sobre la sentencia inconstitucional del Tribunal Constitucional que defiendió la Ley de Intangibilidad en el 2005.
Cuando en el 2008 publica su segunda obra "El poder del símbolo patrio" vuelve a la carga a nivel congresal, universidades y de otras instituciones. El resultado de sus denodados esfuerzos no son como él quiere y culmina en un debate en los medios y en la sustitución de la primera estrofa por la última por el gobierno aprista de Alan García en el 2009, lo que concitó la atención de la prensa internacional.
Repercusión internacional:
Luego de dos entrevistas concedidas a la Revista semanal Caretas (nº 1986 del 26 de julio del 2007, edición que adjuntó un CD incluyendo su propuesta; y luego en la edición nº 2139 del 22 de Julio del 2010, que reseñó su segundo libro, incluyendo un gráfico de la incidencia del himno en la mentalidad nacional), concitó la atención de la prensa internacional.
El importante medio de comunicación norteamericano "The Wall Street Journal" de la ciudad Nueva York con fecha 28 de enero del 2011 publicó en primera plana y en la página 12 la entrevista que le hizo su corresponsal Matt Moffett con el título "¿Oh diga, puede haber nuevas letras para este himno? Peruanos ajustan sombría canción nacional, Canadá y Rusia dicen no". Esta entrevista repercutió en otros medios de comunicación importantes del mundo.
Inmediatamente vinieron otras dos importantes entrevistas internacionales. Una de parte de la prestigiosa revista brasileña "Istoe" y la otra de parte del diario "The Guardian" de Londres.
Valoración crítica:
El esfuerzo por dar un significado filosófico al himno ha dado sus frutos en la obra de Rivera Dávalos. A él le corresponde el mérito de haber elevado el análisis hímnico por encima del significado sociológico, estético o político. En este sentido es el primer intelectual peruano que llevó a cabo esta ingente tarea. Sentó las bases y los principios de la himnología filosófica y estableció la singularidad categorial de la emocionalidad cívico-ética como fundamento de la simbología hímnica. Con esto dio un paso decisivo para librar a la himnología del signo consuetudiario o el imperio del uso y la costumbre, para asentarla sobre un fundamento propio. A partir de su aporte todo himno patrio no será más un simple símbolo estético, sino, sobre todo, un símbolo cívico de contenido ético.
Admirable resulta su contribución si se toma en cuenta no sólo lo tardío de sus estudios filosóficos, sino también que emprende su cruzada sexuagenaria, y septuagenario ofrecerá su mejor y tercer libro. Lo cual es una muestra de su fervor casi místico a su tarea, su gusto por extraer enseñanzas y estímulos de la lectura de los grandes libros, la nobleza de un espíritu siempre modesto, alejado de maldades y envidias, y la capacidad de una voluntad capaz de sobreponerse a la adversidad y de forjar en la mentalidad colectiva el pensamiento de liberación basada en la concepción de un destino superior.
Su caso ilustra bien lo que reza el Evangelio: "Corona de honra es la vejez, que se hallará camino de justicia". Efectivamente, su ejemplo ilustra que la verdadera felicidad para los hombres no es la libertad sin ideal, sino la aceptación voluntaria de un deber de responsabilidad individual y colectiva para la liberación de la mentalidad de opresión imperante en el mundo. Rivera Dávalos supo rescatar para su vida una causa a la que sirvió voluntariamente como un deber.
Obras Bibliográficas:
El Mito de un Símbolo Patrio (2004).
Filosofía del Himno Nacional (2006).
El Poder de un Símbolo Patrio (2008).
La nueva clave de la simbología hímnica. La emocionalidad cívico-ética (2014).
Filosofía del Himno Nacional (2006)-Ponencia Plenaria en el Primer Congreso Regional de Filosofía del Norte del Perú-UPRG-Lambayeque.
Filosofía aplicada al Himno Patrio (2008)- Ponencia en el X Congreso Nacional de Filosofìa-Arequipa.
Hermenéutica del cambio del Himno Nacional (2011)-Ponencia en el XIII Congreso Nacional de Filosofía-UNAP-Iquitos.
Filosofía del himno Nacional (2013)-Ponencia en el XIV Congreso Nacional de Filosofía-UNMSM-Lima.
Mito y Realidad del Himno Nacional (2013)- Conferencia magistral en la UNSAC-Cusco.
Reconocimientos & Membresías:
Miembro del Colegio de Contadores del Perú
Miembro del Patronato Cultural Lima Triunfante
Miembro Fundador del Instituto de Investigación para la Paz -IIPCIAL
Miembro del Instituto Internacional de Filosofía Andina-SIFANDINA
Miembro del Instituto Intercultural Pachayachay
Miembro Fundador del Cenáculo de Filosofía Yachaywiñay
Miembro del Cenáculo de Filosofía y Ciencia "La Serpiente de Oro"
Galardonado como Personaje del Año 2011 por el Colegio de Periodistas del Perú
Premio Birrete de Plata otorgado "A los mejores del Perú" en el 2008 por el Colegio de Doctores de Educación del Perú y la Revista Universidad y Negocios
Julio Rivera Dávalos y su propuesta de un nuevo Himno Patrio
El himnólogo peruano Julio César Rivera Dávalos propone cambiar la letra del actual Himno Nacional el Perú. Esta propuesta la viene defendiendo, desde hace diez años, en diversos foros y a través de sus libros "El Mito de un Símbolo Patrio" y "El Poder de un Símbolo Patrio. Clave de la identidad e Integridad". En tal video-entrevista, no sólo expone las razones de su propuesta, sino que nos ofrece su propia versión de Himno Patrio.
Mito y Realidad del Himno Nacional del Perú
Julio Rivera Dávalos y su tesis sobre el Himno Patrio
Escritor e himnólogo peruano, quien ha venido defendiendo a tesis de que el Perú no tiene Himno Patrio, a través de sus publicaciones "El Mito de un Símbolo Patrio" y "El Poder de un Símbolo Patrio. Clave de la identidad e Integridad" y en congresos y medios de comunicación. Rivera propone una nueva letra de carácter valorativo.
Mito y realidad de un himno patrio
¡Por qué tendría que ser un mito y una realidad hablar sobre el Himno Nacional del Perú? A este respecto, los estudios e investigaciones en relación al Himno Nacional del Perú, efectuados por Julio César Rivera Dávalos en sus obras El Mito de un Símbolo Patrio [1] y “El Poder de un Símbolo Patrio” Clave de la Identidad e integridad[2], nos lleva a una disyuntiva aparentemente ingenua, pero esta supuesta ingenuidad deja de serlo, por cuanto estas obras, desde una perspectiva histórica, jurídica, literaria y filosófica demuestran que el Perú carece de himno patrio, en cuanto a su letra; hecho que pone en tela de juicio la historia, el nivel de cultura en general y en particular la cultura cívica de los peruanos.
Tal revelación, obviamente, constituye un desafío audaz y contundente, para los historiadores y educadores, así como para todos los peruanos en general; toda vez que este reto irremediablemente cambiará una concepción tradicional errada y enraizada en la mentalidad y la conciencia nacional peruana a través de más de 180 años, respecto a que el Perú si tendría himno patrio, representado por el actual denominado Himno Nacional del Perú a tal extremo que algunos hasta lo sacralizan, sin conocer su verdadera historia, menos su significado y sentido. Conocer dicha revelación nos conecta con más de una sorpresas y a una verdad, aunque dura, pero al fin verdad, de que el Perú no cuenta un himno patrio y que dicho Himno Nacional, vigente, incide negativamente la conciencia y la identidad nacional.
El indicado descubrimiento, devela que la letra actual del denominado himno, técnicamente representa una apología al lamento y no corresponde a las características o requisitos mínimos de un himno patrio, develación que constituye un desafío a los historiadores, a los educadores, intelectuales y en general a todos los peruanos que aman la verdad.En este sentido, y dada las circunstancias en que se encuentra el Perú, la carencia de un himno patrio revela además un descuido y una omisión de varias generaciones que pone en tela de juicio un nivel cultural de conocimientos cuestionable, cuya solución constituye también un desafío para todos los ´peruanos, en particular a sus políticos de que quienes se supone son los primeros personajes que trabajan por el Perú, no solo en el campo material sino también en cuanto a fortalecer la espiritualidad cívico y patriótico; es decir, se cree que éstos hombres son los primeros ciudadanos llamados a promover, fomentar y defender los interés de la Patria; sin embargo, extrañamente hasta el momento consciente o inconscientemente no se dan cuenta de la importancia del problema del denominado Himno Nacional.
Toda tesis es producto de una investigación de acuerdo al tema que se trate; en este caso, el tema que nos ocupa es resultado de un análisis de carácter histórico, jurídico normativo, literario y filosófico que motiva a reflexionar seria y responsablemente sobre dicho problema.
Desde el punto de vista histórico:
El denominado Himno Nacional del Perú, no tiene origen formal; es decir, carece de partida de nacimiento, correspondiéndole un origen informal (Letra y música) proveniente de la Marcha Nacional, otorgado por el General Don José de San Martín, como resultado del concurso convocado, mediante Decreto del Supremo Delegado de fecha 07.08. 1821, por el cual se convocó a poetas, músicos, compositores y aficionados para la composición, no precisamente de un Himno Patrio sino de una Marcha Nacional, a fin de “animar las almas sensibles” de los que bregaron por la consecución de la independencia; o sea, se llamó a concurso con una finalidad específica, cual fue la de incentivar los espíritus libertarios independentistas de nuestros predecesores de aquella época, invitándose a los amantes de la música y letra para que presentaran sus propuestas, a cuya letra su autor lo tituló, como Canción Nacional, pero por los usos y costumbres adquirió el adjetivo y/ o categoría de “himno” sin un fundamento que lo sustente. Es decir, dicha convocatoria no fue para otorgar un himno sino para proveer de una canción motivadora hacia la independencia, toda vez que aun formalmente aun no existía patria
El carácter temporal tácito que encierra dicha canción, se aclaró explícitamente mediante el Decreto del Supremo Delegado del 13 de abril de 1822, el mismo que es coherente con el primer Decreto del General San Martín dado en Pisco el 8 de setiembre de 1820, el cual señala: “Así todo cuanto fuere establecido por mí se considerará solo provisional hasta que concluida la guerra puedan ellos pronunciarse sobre sus futuros destinos”.[3] Concluida la guerra de la independencia después de 1825, el General Bolívar derogó todo lo dispuesto por el General San Martín, quedando implícitamente fuera de contexto la Macha Nacional, ya denominada informalmente “Himno Nacional”; pero en el año 1845, el General Ramón Castilla, verbalmente dispone se vuelva cantar dicho “Himno Nacional”, conocido originalmente como Marcha Nacional. Con este acto, podemos decir que en el Perú se inicia la costumbre insana gubernamental de que toda norma temporal o provisoria se vuelva definitiva.
Jurídicamente:
No existe ninguna disposición legal que reconozca a la Marcha Nacional como Himno patrio, siendo falso los comentarios de la existencia de norma alguna que reconozca dicha canción patriótica como Himno, a lo que se suma las investigaciones del músico e himnólogo don Carlos Raygada quien en su obra: Historia Critica del Himno Nacional,[4] manifiesta que es falso aquella frase “ He aquí el Himno Nacional del Perú” atribuida a San Martín; la misma que se debió a un error que aparece en el prólogo biográfico escrito por don Félix Cipriano Coronel Zegarra en el tratado de Filosofía Elemental de la Música de José Bernardo Alzedo; es decir, que jurídicamente no existe norma legal alguna que lo acredite a la Marcha Nacional como Himno.
De otro lado, la creencia de que se esté honrando al Perú con el denominado Himno Nacional, es falsa y discordante con el Artículo 38º de la Constitución Política del Perú el cual establece que: “Todos los peruanos tienen el deber de honrar al Perú y de proteger los intereses nacionales, así como de respetar, cumplir y defender la Constitución y el ordenamiento jurídico de la Nación”. Con dicha falsedad se incurre en un incumplimiento de la Constitución. Asimismo inconsciente o conscientemente en un fenómeno de mistificación o de engaño y burla a la Patria, ya que dicho “himno” representa una apología al lamento y no una loa o exaltación en sí a la Patria como debiera corresponder a un himno patrio. Consecuentemente, con la letra actual del denominado himno nacional no se honra al Perú.
Desde una óptica Literaria:
La letra del mencionado himno siempre ha sido cuestionada a lo largo de la historia, por su mal gusto literario que no condice con su bella música; asimismo, ha sido objeto de adulteraciones y deformaciones informales y oficiales. La composición literaria del himno, fue objeto de críticas tendentes a su modificación o reforma, correspondiendo la primera reacción reformadora de carácter público a una iniciativa de la Academia de Ciencias y Bellas Artes, instalada en el Senado el 23 de junio de 1867. Seis años más tarde, el Club Literario de Lima, acordó realizar una reforma de carácter literario en la discutida composición original del denominado Himno, por la tendencia de una marcada hispanofobia poética, además de poseer un mal gusto literario y adolecer de una serie de defectos extremadamente visibles.
Los primeros intentos de reforma se presentaron en 1867, a través de la Academia de Ciencias y Bellas Artes, y luego en 1873 a través del Club Literario de Lima, iniciativas que no tuvieron acogida por razones que se desconocen, aun cuando una reforma literaria era necesaria por los notables defectos que ya se observaban en el denominado himno.
Oficialmente, en 1901 en el Gobierno de López de Romaña, mediante Resolución Suprema del 08 de mayo de 1901, se aprueba la restauración de la música del denominado Himno Nacional, llevada a cabo por C. Rebagliati y se convoca a concurso para una nueva Letra, el cual fue presidido por don Ricardo Palma y como ganador fue declarado el poeta José Santos Chocano, habiendo sido difundido el himno ganador en hojas sueltas conjuntamente que el himno original De la Torre Ugarte, advirtiéndose que hasta 1913 se cantaban tres versiones diferentes, una la original, otra la de Chocano y otra las deformadas informalmente.
Tal desorden dio lugar a que con fecha 26 de febrero de 1913 se diera la ley de intangibilidad Nº 1801, la cual en su Art 1º declara como intangible la Letra original de la Marcha o Canción Nacional de Alzedo y De la Torre Ugarte; sin embargo, en su redacción, de la Letra, subrepticiamente por razones políticas, del original de dicha Canción se eliminó la Quinta Estrofa, porque supuestamente perjudicaba las relaciones con España y en su lugar se introdujo la estrofa apócrifa “ Largo tiempo el peruano….” como Primera Estrofa, a pesar de las aclaraciones de su falsedad por el escritor don Manuel Gonzales Prada, que por entonces ocupaba el cargo de Director de la Biblioteca Nacional. Ésta adulteración oficial originó que, a partir de 1913, se entonasen como himno ya no solo tres tipos de letra sino hasta cuatro, desorden que duró unos cinco años aproximadamente.
Si observamos la composición literaria del denominado “Himno”, este se encuentra estructurada con muchas metáforas, y fue elaborada con un fin motivador independentista, como para una élite social que tenga cierto nivel de conocimientos literarios; sin embargo su estructura y mensajes nada positivos para un himno patrio dificulta una rápida interpretación de su significado y sentido, situación que imposibilita a la mayoría de la población a conocer dicho significado, lo que induce a ser cantado mecánicamente cual robots, con la consecuente incidencia negativa en la mentalidad y la conciencia nacional. A esto se suma su extensión, compuesta por 52 versos, expresados en el coro y sus seis estrofas.
Finalmente, por obra y gracia del Tribunal Constitucional, mediante Sentencia del l8 de mayo del 2005, nuestro denominado himno, de haber estado conformado por solo seis estrofas, como su original, ahora pasa a tener siete estrofas, con 60 versos. Sobre la cual el Ilustre Colegio de Abogados de Lima, con fecha 26 de setiembre del 2005 opinó institucionalmente, con sabiduría y valentía, que dicha Sentencia es inconstitucional que excede las funciones del Tribunal Constitucional.
A través de la historia no se conoce una interpretación formal, ni oficial del sentido y significado de la Letra del denominado Himno Nacional, con excepción de las efectuadas recientemente en los años 2004 y 2008 en las obras: El Mito de un Símbolo Patrio y “El Poder de un Símbolo Patrio”, Clave de la Identidad e integridad; es decir, que durante 180 años se ha ignorado el significado y sentido nada constructivo que conlleva la Letra del mencionado himno, ausencia de conocimiento, que ha contribuido a obnubilar la mentalidad y la consciencia nacional, así como a distorsionar la relación hombre patria contribuyendo a la ausencia de una identidad nacional.
Una interpretación de la Letra del mencionado Himno, en términos generales, nos indica que dicha letra como himno patrio no reúne los requisitos formales ni estructurales de un himno en esencia, por representar una apología al lamento, estar referido a una historia distorsionada y contener metáforas en exceso de difícil interpretación, las cuales no se adecuan al propósito de loar y homenajear a la patria como corresponde a todo himno patrio.
En términos específicos una interpretación de los versos más relevantes del coro y de sus estrofas dice lo siguiente:
El verso “Somos libres” seamos lo siempre” aparentemente exalta a la libertad a ser exclamada en todo momento, en cualquier lugar y circunstancia, pero no es ni debe ser así, porque solo clama a un deseo de ser libres; toda vez que, la expresión de somos libres es únicamente apropiada cuando se manifiesta como una expresión de celebración, de júbilo, correlativa al hecho o suceso de haber sido declarados libres; de lo contrario, cuando es manifestada reiterada e inadecuadamente, fuera de tiempo y lugar, resulta anacrónica, que induce a ser jactanciosa, alabanciosa y vanidosa, que cuando es contrastada con una realidad distinta a la de ser efectivamente libres, genera una frustración.
Igualmente, la expresión de ser libres, se refiere a un hecho ya logrado en el pasado y es historia, cuya repetición innecesaria fuera de contexto, resulta incoherente con la esencia misma de la libertad; puesto que axiológicamente la libertad, no es un ente con vigencia permanente, toda vez que su vigencia está en relación al cuidado, a la preservación y a la defensa que se haga de ella para merecerla, de lo contrario languidece y puede fenecer sin que nos demos cuenta, con el riesgo de caer en la cobardía, por no haber sido capaces de defenderla y merecerla. De otro lado, la libertad axiológicamente es un valor que se realiza o plasma en el ejercicio de las virtudes o cualidades. En este sentido hablando política o sociológicamente, no basta haber sido declarado ser libre para garantizar su vigencia permanente, es preciso que la libertad siempre sea atendida, cuidada y defendida de ser el caso, para así merecerla, hechos que no se cumple en el Perú, razón por la cual nos alejamos más de la libertad, por descuido o negligencia que pareciera, en demasía, habernos descuidado de nuestro deber con nosotros mismos y con la patria, olvidando aquellos tres primeros derechos y deberes del ser humano libre que son al amor a la paz y a velar por la justicia.
Por razones de limitaciones de tiempo y espacio, no nos ocuparemos de los últimos versos del Coro, que corresponden a una metáfora compleja de difícil entendimiento para una mayoría de la población, que de acuerdo a las investigaciones sobre su sentido y significado éstos son poco conocidas y su interpretación es dificultosa para la mayoría de las población, que no cuenta de una mayor educación que la elemental; situación que no es compatible con los requisitos mínimos formales de un himno patrio real, los cuales sugiere, entre otros, que su composición literaria sea de fácil interpretación por la mayoría de la población.
En cuanto a la Primera Estrofa, se sabe que ella es apócrifa y anónima, de pésimo gusto literario que corresponde a un seudo relato y a una historia distorsionada, representando a una apología al lamento. Esta estrofa al margen de ser oprobiosa, ultrajante para un pensar y sentir constructivo, tiene una incidencia negativa en el inconsciente colectivo que infunde sentimientos de indiferencia, indolencia y apatía, que tienden a generar una baja autoestima, en la formación del carácter y la personalidad nacional; es decir, esta estrofa de ningún modo puede ser considerada como himno, puesto que la función de un himno patrio real es ensalzar a la patria y de constituir un elemento formador y guiador de la mentalidad y conciencia nacional; de lo cual pareciera no darnos cuenta, y no querer tomar consciencia de la influencia nada constructiva que ejerce su Letra en la formación de la identidad nacional. Situación que es incompatible de con los requisitos formales o condiciones estructurales de un himno real, los que sugieren que un himno patrio:
- Sea una loa y exaltación de tributo a la Patria.
- Motive sentimientos de amor y respeto a la patria
- Incentive un espíritu de fraternidad y solidaridad.
- Fomente un espíritu de unión, fe y entrega.
- Tenga un carácter atemporal implícito o tácito.
- Despierte sentimientos hacia una apertura mental positiva de progreso, defensa, y compromiso con la patria y la sociedad.
La Primera Estrofa es incoherente en relación al coro que denota alegría e induce a ufanarnos de ser libres, deseando serlo por siempre; mientras que dicha estrofa es triste y hace alusión al peruano oprimido arrastrando cadenas, que en silencio gimió y su indolencia de esclavo sacudió, levantando la humillada cerviz; dando a entender que todos los peruanos hemos sido esclavos, lo cual es completamente falso, ya que solamente los inmigrantes negros traídos del África fueron esclavos. Sugerir que los peruanos hayan gemido en silencio es una metáfora, que el escritor don Ricardo Palma ridiculizó diciendo que dicho verso saca chispas y no se ajusta a una metáfora constructiva ni menos a la verdad.
El gobierno del Alan Garcia, ante tanta crítica sobre la letra del Himno Nacional dispuso que en los actos públicos de las FF.AA. sea entonada la última estrofa en lugar de la primera. Sobre este particular si hacemos un análisis jurídico y filosófico, apreciaremos que se trata de una suspensión de la entonación de la Primera estrofa y de su sustitución con la Sexta Estrofa , conocida comúnmente como cambio del Himno Nacional. Esta disposición gubernamental es errada, ilegal y no soluciona el problema de fondo, ya que tal medida es solo un paliativo que no obedece a una comprensión real del problema que se traduce en una solución aparente por lo siguiente:
Primero:
Porque pese a la importancia y trascendencia del problema del himno, tal denominado cambio no ha sido abordado con seriedad y responsabilidad por el Gobierno en forma explícita en su conjunto, aun cuando la citada disposición significa un reconocimiento implícito y oficial de la existencia de un problema serio en la composición literaria del referido Himno, cuyos mensajes afectan la autoestima de la población. La indicada sustitución, por lógica elemental, debió ser con la segunda estrofa; pero no fue así, por cuanto ésta ni las siguientes estrofas reúnen las condiciones, como para ser preservada como himno; sin embargo, se decidió por la sexta estrofa por ser la menos dañina al inconsciente colectivo; es decir, se trató de una simple selección emocional a dicha estrofa, conservando la vigencia de la primera estrofa, pese a su inautenticidad ampliamente demostrada.
Segundo:
Porque el indicado cambio es una solución aparente al problema del Himno, debido a que no aborda la cuestión de fondo; pero no deja ser un paso previo y fundamental, que puede viabilizar una posible solución integral del verdadero problema del himno, dado que el cambio del denominado “himno” del Perú, requiere de estrategias; toda vez que, se trata de cambiar una concepción deformada del himno, enraizada en la mentalidad nacional, a causa de una mentira, un engaño y una omisión encubiertas durante casi dos siglos, por una indiferencia y un facilismo, arraigados en nuestros usos y costumbres, así como por un amor fatuo y efímero mostrado a la Patria. En estas circunstancias no es posible pretender un desarrollo cívico patriótico, en la cultura en general, menos pretender alcanzar la integración y unión de todo los peruanos, menos aún nuestra inclusión al “primer mundo” anhelado por todos los peruanos, por cuanto ni siquiera sabemos dar muestras sinceras de amor a la patria ni gratitud a sus héroes y predecesores que forjaron la libertad, como toda nación civilizada lo que desdice nuestro nivel cultural.
Tercero:
Porque la referida medida gubernamental no garantizan en absoluto que con otro gobierno, nuevamente se vuelva a cantar la primera estrofa y, las buenas intenciones corran el riesgo de convertirse en una manipulación política más, básicamente, por encontrarse vigente la cuestionada estrofa, causante del conflicto, toda vez que dichas medidas constituyen tan solo un paso importante para posibilitar el inicio de la salida de una mente conservadora existente todavía en nuestro medio.
Cuarto:
Porque tal decisión, del ex Presidente García, no fue más que una maniobra evasiva a la verdadera solución del problema que deviene en ilegal, por transgredir la Resolución de la Sentencia del Tribunal Constitucional de fecha 18.05. 2005, la cual dispone que la atribución de cualquier cambio en el canto del himno corresponde al Congreso de la República; en efecto, la declaración 4ta de la referida Resolución establece:”…corresponde al Congreso de la República determinar la o las estrofas del Himno Nacional del Perú que deben ser tocadas y entonadas en los actos oficiales y públicos. En tanto ello no se produzca mantiene su fuerza normativa la costumbre imperante”. Es decir, el Congreso de la República es el único Organismo competente, para determinar qué estrofa se cambia o no en el canto del himno. En este sentido, dada las circunstancias, en resguardo del ordenamiento jurídico y en cumplimiento de la normatividad vigente, es preciso que el Congreso: De un lado, adopte una decisión en relación a la ejecución de la indicada Resolución; y de otro lado, se pronuncie también sobre la referida opinión institucional del Colegio Abogados de Lima que advierte la inconstitucionalidad de la Resolución del T.C.
Cabe resaltar que, entre las seis estrofas y el coro, la sexta estrofa del denominado Himno Nacional es una de las menos inicuas a la mentalidad colectiva, pero ésta tampoco reúne las condiciones o requisitos que exige un verdadero himno patrio, ya que si bien la Sexta Estrofa, desde una óptica sintáctica-poética es bella; sin embargo, desde un punto de vista semántico, en cuanto al sentido y significado de sus palabras, el séptimo y octavo verso, que dice: “renovemos el juramento que rendimos al Dios de Jacob”, hace que se incurra en una infracción de la Constitución Política del Estado, en relación a la libertad de cultos que Ella garantiza; asimismo, genera una relación de dependencia o pertenencia de un determinado Dios a un personaje o comunidad. En efecto, esto podría insinuar la existencia de otros dioses, que podrían implicar un irrespeto a otras creencias religiosas y dar la sensación de otros dioses, pues el Dios de Jacob inicialmente fue conocido como Dios de los Judíos; es decir, dichos versos hieren la susceptibilidad de otros credos y religiones por discriminarlos, siendo el Perú respetuoso de todas las religiones y creencias.
De otra parte, el quinto verso “A su sombra vivamos tranquilos,” el cual asociado a los anteriores versos, tercero y cuarto, ( “que a los siglos anuncie el esfuerzo que ser libres por siempre nos dio), irradia un mensaje de pasividad, inactividad y conformismo, dando la impresión que ya habiendo sido declarados libres e independientes nos tocaría descansar, como si tal declaración fuese suficiente para consolidar, conservar, gozar y tener permanentemente activa la libertad, que con sacrificios y esfuerzos consiguieron nuestros predecesores, mensaje que no es nada constructivo, puesto que la libertad no es una condición establecida para que de por sí y automáticamente, genere los efectos y beneficios que de ella emana para merecerla. Pues la pasividad ha permitido, en casi toda la vida Republicana, el ingreso de dictaduras así como del virus del autoritarismo intra-democrático en nuestro sistema político, recientemente conocido como autoritarismo competitivo.
Cabe significar que los símbolos patrios no son simples poemas, por muy bellos que sean, sino sobre todo, son representaciones cognitivas y valorativas que constituyen un referente existencial obligado y necesario de las comunidades territorializadas, que recogen una historia, reflejan una cultura, influyen en el carácter colectivo, inciden en el fortalecimiento de la espiritualidad cívica y determinan la mentalidad grupal señalando un derrotero histórico, los mismos que dan un valor objetivo a dichos símbolos; en tanto que su valor subjetivo se encuentra en el sentimiento nacional a nivel individual y/o colectivo.
Asimismo los símbolos patrios no son meros sistemas conceptuales, toda vez que son constructos sociales que contienen el imaginario colectivo de una tradición que se halla intrínsecamente ligada a la condición humana de convivencia y obedecen a una necesidad de identidad e integridad individual o colectiva de una comunidad organizada.
Una sistematización filosófica del estudio y análisis de un himno patrio en general y en particular del denominado Himno Nacional del Perú, haciendo uso de los métodos filosóficos de la fenomenología, la hermenéutica, la dialéctica y la axiología, han permitido establecer las conclusiones siguientes:
- Una meditación fenomenológica muestra a un himno patrio como a un objeto cultural que detrás del fenómeno se encuentran principios inherentes en él que los sustenta y legitima como tal. En este sentido, nuestro denominado Himno Nacional únicamente posee los principios de intangibilidad y temporalidad, los mismos que se encuentran en constante colisión por ser anacrónica y debido a que carece del principio de solidaridad.
- Una meditación hermenéutica lo señala como un objeto simbólico y sígnico que conlleva un sentido así como una significación cognitiva y valorativa. Contexto en el cual, cabe recordar que, los signos además de ser instrumento de la totalidad de las ciencias, juegan un rol determinante en el lenguaje y en la mentalidad del hombre. La hermenéutica de los himnos patrios, como símbolos, nos indica que éstos son signos formadores y guiadores de la mentalidad y de la consciencia nacional, razones más que suficientes, para poner atención en el contenido de los mensajes que conllevan los símbolos patrios. La hermenéutica del denominado himno Nacional permite determinar también que nuestro símbolo patrio es una apología al lamento y contiene mensajes negativos que obnubilan la consciencia y la mentalidad nacional, los cuales han incidido en la dinámica de la crisis estructural imperante en el País.
Obviamente, la Letra del denominado Himno Nacional vigente, no es el único factor que haya incidido negativamente en la formación de la mentalidad y consciencia nacional, toda vez que se encuentran, también, otros factores como la baja calidad de la educación, los complejos de inferioridad y superioridad arraigados en la idiosincrasia de la mayoría de la población, el alto índice de pobreza que ha limitado el acercamiento a la adquisición de conocimientos, así como otros factores, pero ninguno con la sutiliza y fuerza del mencionado himno.
- Una meditación dialéctica permite observar que un himno patrio es un objeto de cohesión social, cuya existencia o validez como símbolo patrio radica en su esencia dialógica, que se sustenta en tres elementos: en el principio de solidaridad, como factor trascendental de cohesión social del espíritu patriótico y, en los principios de temporalidad e intangibilidad que interactúan en una tensión de armonía de los apuestos. En el caso de nuestro denominado Himno Nacional, una meditación dialógica, nos revela que éste corresponde a un seudo himno cuya esencia dialógica se encuentra alterada, debido a que colisionan los principios de intangibilidad y temporalidad, no produciéndose dicha armonía de los opuestos, por ausencia del principio de solidaridad; por cuanto en la dinámica dialéctica de un himno patrio en general, la dialéctica interna de himno depende de la dialéctica externa, encarnada en el sistema político imperante que es la que determina el contenido del himno patrio.
- Una meditación axiológica permite establecer que los símbolos patrios constituyen fuente y luz de una vida valorativa humana, que solo se realizan a través de la manifestación de los sentimientos previa la captación consciente o inconsciente de los valores que están a su disposición, sea en su polaridad positiva o negativa; asimismo, nos muestra que dichos símbolos tienen un valor objetivo y subjetivo que dan sentido a la idea de patria.
La reflexión y uso de tal método permite determinar que el denominado Himno Nacional infunde mensajes negativos como el conformismo, la indiferencia, alienación, pesimismo y desintegración que conllevan a una baja autoestima que limita la captación de los valores en su polaridad positiva, debido a que los valores son seleccionados y captados de acuerdo a la capacidad cognitiva y sentimental del hombre; es decir, los valores se encuentra a la espera del influjo de los sentimientos, conforme se puede apreciar en el cuadro de la dinámica de los sentimientos como sigue :
Los elementos de juicio expuestos precedentemente sustentan la tesis que el Perú carece de himno Patrio y, su sobrevivencia como himno, solo se realiza por la fuerza de los usos y costumbres mal concebida y por el imperio la ley de intangibilidad 1801, cuestionable por ser inconstitucional y carecer de validez técnica.
Una teoría que no sea útil es estéril, razón por la cual las antes mencionadas obras muestran, también, una composición literaria como referente para un Himno patrio, con una filosofía valorativa capaz de revertir los efectos negativos ocasionados por el denominado Himno nacional, la cual puede ser apreciada además en los indicados libros se puede ver y escuchar en la web: www.ventanaperu.org
En resumen, las reflexiones precedentemente expuestas sobre el referido problema nos lleva concebir: De un lado, es un mito creer que el actual denominado Himno Nacional sea un himno patrio y con el cual estemos rindiendo un justo homenaje a la Patria, cada vez que lo entonamos, el mismo que además sería sagrado y el mejor del mundo después de la Marsellesa. De otra parte, es una realidad que, el Perú no tiene himno Patrio por cuanto, nunca existió ni existe himno alguno con el estemos brindando un justo homenaje al Perú. Esta cruda realidad, pero al fin verdad nos conduce a concebir que existe una necesidad, una utilidad y una finalidad apremiantes que impelen a que se cambie la letra del denominado himno Nacional del Perú y se otorgue un himno patrio, con una filosofía valorativa, capaz de revertir los daños efectuados en el inconsciente colectivo, conforme se puede apreciar en la propuesta de un himno al Perú, como referente aparecida en la referidas obras o en la antes en el video insertado en la indicada página web. Dicha necesidad, utilidad y finalidad podemos concebirlos como sigue:
Necesidad:
- Necesidad de otorgar un himno patrio real al Perú, como homenaje auténtico y justo a la patria que conlleve una filosofía valorativa para liberarnos de un seudo-himno, elemento de opresión mental que obnubila la consciencia nacional generando sentimientos de baja autoestima.
- Necesidad de contar con un elemento motivador y forjador de una identidad nacional a fin de transformar viejos moldes socio políticos anacrónicos que infunden pensamientos y sentimientos de indiferencia, indolencia y egocentrismo pasivo de una manipulación de la mentalidad nacional.
- Necesidad de elevar la baja autoestima que cunde en la mayoría de la población-
Utilidad:
- De contar con un elemento de fortalecimiento espiritual y mental que nos permita mejorar nuestras relaciones con el prójimo y nuestros deberes con la patria y así fortalecer la conciencia cívica.
- De disponer de instrumento motivador, que conlleve una filosofía valorativa, capaz de cambiar la mentalidad y la consciencia nacional hacia un amor sincero y consciente hacia la verdad, el trabajo honesto.
- De tener un elemento de motivación, al alcance de todos, capaz de orientarnos hacia una transformación de las estructuras sociales y económicas.
Finalidad
- Contribuir a la solución del problema del denominado himno Nacional, irresuelto desde los inicios de la República, a fin de otorgar un himno real al Perú, en cuanto a su letra, compatible con su bella música que irradie sentimientos y pensamientos de fe, en nosotros mismos y en la Nación, capaces de orientarnos a un destino superior.
- Dotar a la sociedad de un elemento de común denominador a fin de cultivar y fortalecer los sentimientos de amor, unión y cohesión social, para mejorar la relaciones sociales y encaminarnos hacia un destino superior, superando las diferencias étnicas, culturales y religiosas que nos separan.
- De poner en práctica nuestra capacidad de reivindicarnos ante la historia, de no haberse otorgado aún un himno patrio real al Perú, por errores y omisiones cometidos por nuestros predecesores, y a partir de hoy empezar a rendir un justo homenaje de expresión sincera de amor y entrega a Él, de manera perdurable y no efímera como viene haciéndose, de esta manera llegar a la conmemoración del II Centenario de la Independencia con mayor fe y seguridad de hombres de bien, con más nivel cultural cívico.
Juridá
[1] Editorial IPCIAL; Oct. 2004
[2] Editorial San Marcos 2009 Nov. 2008
[3] Basil Hall;El Impacto de San Martín en el Perú Roguimasalma Editores 1998; pag. 124.
[4] Carlos Raygada; Historia Crítica del Himno Nacional; Juan Mejía Baca & P.L.Villanueva Editores 1954 Lima Perú
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ENLACES:
Julio Rivera Dávalos y su propuesta de un nuevo Himno Patrio:
www.youtube.com/watch?v=xjt5NAqdlhY
Mito y Realidad del Himno Nacional del Perú:
Julio Cesar Rivera Dávalos en Facebook:
web.facebook.com/juliocesar.riveradavalos?locale=es_LA